Uno de los aspectos más discutidos del RD 235/2013 ha sido la definición de técnico competente para poder firmar los certificados de eficiencia energética, que el texto del Real Decreto los definía como:
“Al técnico que esté en posesión de cualquiera de las titulaciones académicas y profesionales habilitantes para la redacción de proyectos o dirección de obras y dirección de ejecución de obras de edificación o para la realización de proyectos de sus instalaciones térmicas, según lo establecido en la Ley 38/1999, de 5 de noviembre, de Ordenación de la Edificación (LOE)”.
El Ministerio de Industria, Energía y Turismo ha publicado recientemente un documento, donde da respuesta a las dudas que planteaba el texto, haciendo una interpretación muy generosa de la LOE de lo que son “titulaciones competentes en materia de edificación”, causando un escándalo entre las filas de los Arquitectos e Ingenieros Industriales especializados en la eficiencia energética de los edificios. En el escrito se incluyen titulaciones tales como ingeniero forestal, agrícola, aeronáutico, naval, minas, de caminos, canales y puertos, de Telecomunicaciones o Topógrafos.
Se olvida el ministerio que vamos a certificar edificios existentes en su mayoría destinados a viviendas, que con buen criterio, la LOE otorga competencia exclusiva a los Arquitectos (independientemente de que los proyectos parciales sean de climatización, telecomunicaciones o eléctricos puedan ser firmados por ingenieros). Que quede claro que no hablamos de certificar energéticamente ni aviones, ni barcos, ni puentes, ni naves de ganado, ni bosques, ni lavadoras, ni teléfonos móviles, ni campos de girasoles.
Hay que decir, por lo tanto, que no todas las titulaciones habilitadas por el Ministerio proporcionan el mismo grado de conocimiento en materia de eficiencia energética, ni proporcionan las mismas capacidades para entender la realidad constructiva de un edificio. En A-certi pensamos que las titulaciones mejor cualificadas para esta labor son las de Arquitecto y Aparejador para poder comprender constructivamente la envolvente de un edificio y sus posibles mejoras. A estas dos titulaciones también habría que sumar, la de Ingeniero Industrial (Técnico o superior) con especialidad en Climatización o Iluminación, para comprender el funcionamiento de las instalaciones así como sus rendimientos y las propuestas de sustitución de las mismas.
No estamos hablando de capacidades, muchos de los ingenieros con las titulaciones citadas serán personas muy inteligentes, pero no han recibido la suficiente formación sobre los sistemas constructivos, materiales e instalaciones en viviendas. Tampoco estamos diciendo que la totalidad de los arquitectos son especialistas en materia de eficiencia energética y rehabilitación, pero si hay que tener en cuenta que estos técnicos parten con una base de conocimientos bastante adecuada.
Como damos por sentado que todos los técnicos hemos de continuar formándonos a lo largo de nuestra vida profesional, completando y actualizando nuestros conocimientos; dejamos a un lado las polémicas sobre competencias entre titulaciones y damos la bienvenida, al campo de la eficiencia energética de edificios, a los nuevos técnicos competentes que sin duda, les queda un largo recorrido para alcanzar los conocimientos mínimos que necesitan para desarrollar su nueva labor.
En definitiva, creemos que cuantas más personas se interesen por reducir el consumo energético, mejor será para la sociedad y el planeta.